octubre 21, 2024
¿Qué es la vida práctica Montessori y qué actividades existen?
En los últimos años, la pedagogía Montessori ha ido ganando cada vez más seguidores, tanto entre los educadores como entre los propios padres. Una metodología única que favorece la autonomía y la responsabilidad en los niños desde edades tempranas, siendo uno de sus pilares fundamentales la vida práctica.
La vida práctica Montessori abarca un conjunto de juegos y tareas domésticas diseñadas para que los niños adquieran las habilidades esenciales para su correcto desarrollo. Incluyendo ejercicios que permitan a los niños desenvolverse en su entorno, ayudar a su comunidad y participar de manera activa en su propio aprendizaje.
Con frecuencia subestimamos lo que los niños pueden llegar a hacer, cuando realmente, desde muy pequeños, sienten el deseo de imitar a los adultos y participar en las actividades del hogar. Esto es precisamente lo que busca el método Montessori: crear oportunidades para que los niños puedan desarrollar su independencia, su concentración y su capacidad para resolver problemas.
¿Qué es la vida práctica Montessori?
La pedagogía Montessori se basa en el principio de que los niños aprenden mejor cuando interactúan con su entorno de manera activa y autónoma, lo que, además de ayudarles a adquirir habilidades prácticas, también refuerza su autoestima y los convierte en protagonistas de su propio proceso de aprendizaje.
La vida práctica Montessori es un conjunto de actividades enfocadas a aprender a manejar situaciones reales y cotidianas de forma autónoma, y a adquirir ciertas habilidades prácticas que pueden aplicar en su vida cotidiana. Pero también para fomentar otro tipo de habilidades como el desarrollo de la motricidad fina, la coordinación y la concentración.
Por ejemplo, vestirse, preparar una comida sencilla o cuidar el entorno. Tareas que muchas veces damos por sentado como adultos, pero que representan pasos importantes hacia la independencia de nuestros hijos.
La importancia de la vida práctica Montessori
La vida práctica Montessori juega un papel fundamental en el desarrollo integral del niño. Gracias a ello, los niños aprenden a valerse por sí mismos, lo que, además de prepararlos para la vida adulta, favorece su autoestima y su sentimiento de competitividad personal.
A través de las diferentes actividades, los niños van adquiriendo habilidades esenciales que necesitarán a lo largo de su vida, pero respetando siempre sus capacidades y su propio ritmo de aprendizaje. Lo que contribuye también a desarrollar cualidades como la paciencia, la perseverancia y la atención al detalle.
Pero además, esta metodología, ayuda a fomentar la independencia. Los niños pequeños suelen tener un deseo natural de imitar a los adultos y de hacer las cosas por sí mismos. Al brindarles el entorno y el material Montessori para la vida práctica más adecuada en cada situación, podemos ayudarles a desarrollar esa independencia de una manera más positiva y constructiva. Sin olvidar que, al realizar estas actividades, también pueden aprender a colaborar y a trabajar en equipo.
¿Cuál su objetivo?
El objetivo principal de esta pedagogía es dotar a los niños de las habilidades necesarias para funcionar de manera autónoma y competente en su entorno. Ayudarle a desarrollarse como un ser humano completo, con una sólida autoestima, sentido de la responsabilidad y facilidad para resolver problemas.
Los niños aprenden a ser responsables de sus acciones y a entender el efecto que sus decisiones tienen en el entorno. Pero también a planificar, a secuenciar tareas y a completar proyectos, habilidades esenciales para su futuro, tanto a nivel personal como profesional.
Pero además, al realizar estas actividades, los niños desarrollan una sensación de logro y orgullo, lo que refuerza la autoestima y la confianza en sí mismos. Fundamental para enfrentarse a nuevos retos.
Actividades de vida práctica Montessori
Las actividades de la vida práctica Montessori se dividen en varias categorías, cada una de ellas diseñada para enseñar habilidades específicas que contribuyan al desarrollo integral del niño.
Actividades de cuidado personal
Son aquellas dirigidas a que el niño aprenda a cuidar de sí mismo y de su propio cuerpo, incluyendo tareas tan sencillas como lavarse las manos, vestirse, peinarse o cepillarse los dientes.
Aunque estas actividades pueden parecer triviales para los adultos, para los niños representan grandes hitos en su desarrollo. Pero además, ayudan a desarrollar la coordinación mano-ojo y a perfeccionar sus habilidades motoras finas.
Actividades de cuidado del ambiente
En el método Montessori, el ambiente se considera como una extensión del niño. Enseñarle a cuidarlo les ayuda a entender el papel que juegan a la hora de mantener su entorno limpio y ordenado.
Estas actividades incluyen tareas como regar plantas, barrer el suelo, limpiar una mesa o cuidar animales.
De esta forma, no solo aprenden a ser responsables de sus propias acciones, sino que, además, empiezan a entender el concepto de comunidad y cooperación, respetando tanto a los demás como al mundo que les rodea. Sin olvidar el impacto que tienen sobre la concentración y la capacidad de autorregulación del niño.
Ejercicios de gracia y cortesía
Estas actividades están diseñadas para enseñar a los niños cómo interactuar con los demás de manera respetuosa. Por ejemplo, saludar a los demás, pedir las cosas de manera educada o aprender a decir “por favor” y “gracias”. Habilidades esenciales para el desarrollo emocional del niño y para su capacidad para relacionarse con los demás.
Generalmente, suelen practicarse a través de dramatizaciones y juegos de rol dentro de un entorno seguro y controlado.
En definitiva, más allá de ser una serie de actividades cotidianas, la vida práctica Montessori ayuda a los niños a prepararse para los desafíos de la vida, enseñándoles a ser responsables, empáticos y autosuficientes. ¿Te animas a incluir algunas de estas actividades en el día a día de tus hijos?