diciembre 15, 2023
¿Por qué nuestro lema es “Colegio en el bosque”?
La mayoría de nosotros, cuando oímos la palabra bosque, pensamos en un entorno natural, en una gama de verdes y otras tonalidades, pero en un mundo que está al aire libre, lleno de experiencias y, en cierto sentido, de maravillas. También transmite una sensación de naturaleza salvaje, pero eso no es lo que nosotros, en TEMS, entendemos por un colegio en el bosque; nos referimos a una colegio que tiene como una de sus preguntas guía “¿Cómo podemos trasladar el aprendizaje al aire libre?” Esa misma pregunta llevó al diseño de los impresionantes entornos exteriores a los que nuestros niños tienen acceso en Discovery House y creedme cuando digo que el nuevo edificio de TEMS tendrá esas mismas oportunidades pero a una escala mucho mayor. En esta entrada, he intercalado algunas notas y descripciones con algunos principios de diseño del nuevo sitio para que os podáis hacer una idea mejor idea de lo que quiero transmitir.
Como colegio Montessori, toda nuestra pedagogía está diseñada para situar al niño en el centro de todo lo que hacemos y la propia definición de la ética de un colegio en el bosque, un entorno de aprendizaje al aire libre con un proceso de aprendizaje centrado en el niño poniendo el foco en el juego, la exploración y la asunción de riesgos, encaja perfectamente con la nuestra.
Si profundizamos un poco más en la descripción de un colegio en el bosque, podemos ver muchas más sinergias con nuestra ética educativa.
Resolución de problemas y al autodescubrimiento:
Desde el mismo momento en que nuestros alumnos se incorporan a TEMS a los 3 años, los materiales Montessori les animan a resolver problemas y a encontrar una solución, algo que también fomentamos en nuestro extenso programa de educación emocional; nuestros alumnos conocen y comprenden sus emociones y empiezan a descubrir por sí mismos cómo abordar las situaciones difíciles.
A continuación vamos a considerar:
Aprender a través de la experiencia práctica en un entorno natural.
Las palabras de la propia María Montessori, si se me permitís parafrasearlas, nos animan a no hacer por el niño lo que puede hacer por sí mismo, y muchas, si no todas, de nuestras clases en el colegio están planificadas con esto en mente; lo vemos en la enseñanza de la ciencia a través de la aplicación práctica, por lo que será un placer absoluto tener laboratorios diseñados por nuestro propio equipo de ciencias, equipados con los más altos estándares. Pero también lo será encontrar bosques y arboledas alrededor del nuevo sitio donde podemos llevar pequeños grupos fuera para explorar más lo que previamente han visto en clase. Esto nos ha funcionado muy bien durante las restricciones ocasionadas por la Covid-19 y hemos sido testigos de los progresos que han hecho los niños cuando el aprendizaje ha tenido lugar en el exterior.
Nuestro mayor deseo sigue siendo desarrollar su confianza y autoestima.
Los niños en el mundo actual, donde existe una alta presión en diferentes ámbitos, necesitarán más que nunca ser capaces de prosperar frente a los constantes cambios; permitirles trabajar fuera resolviendo retos y creciendo en confianza les ayudará a prosperar una vez que dejen TEMS. Disponer de amplios espacios al aire libre también fomentará el movimiento físico, que se sabe que promueve resultados más saludables en los jóvenes, ya sean físicos o emocionales.
Por lo tanto, el enfoque pedagógico coincide con nuestro enfoque de Montessori, pero ¿Qué pasa con los materiales y los espacios internos? Trataremos de replicar en todos nuestros espacios y materiales el mundo natural que nos rodea, a través de la creación de espacios de calma y el uso de una paleta de colores verdes y a juego con la naturaleza. También incluiremos superficies de madera y naturales como puedan reflejar la luz y dar una sensación de espacio,. Todo esto será un reflejo directo del mundo natural, con un impacto positivo para nuestro bienestar.
Entrada escrita por Sarah Ebery, directora ejecutiva de TEMS.